sábado, 5 de enero de 2013

SANTIAGO CARRILLO: INDUCTOR DEL GENOCIDIO DE PARACUELLOS DEL JARAMA

Santiago Carrillo Solares (fotografía de la HEMEROTECA del ABC).

Si hay una biografía clave por su crueldad, dentro de los dirigentes comunistas que participaron en la Guerra Civil española, esa es sin lugar a dudas la de Santiago Carrillo Solares.

Su padre, Wenceslao Carrillo, había sido un militante y activista del PSOE de la época, así como militante de la UGT. Santiago seguirá los pasos de su padre y comenzará su andadura política dentro de las Juventudes Socialistas. Pero el estalinismo soviético avanza como una marea negra por Europa. Capta simpatizantes en todos los países, necesita la “bolchevización” radical de los cuadros de izquierdas de todos los países, para luego fagocitarlos. El que no esté bajo la férula de la URSS, será eliminado. Y en España, Carrillo, caerá rendido a los pies de Vittorio Codovilla, espía y agente de la Internacional Comunista. Como era de esperar, Santiago Carrillo no tardará en traicionar a sus camaradas de las Juventudes Socialistas, y se venderá con armas y bagajes al ala más radical del marxismo.
En 1936, ya declarada la Guerra Civil, Santiago Carrillo, desde su posición estratégica de Madrid, jugará un papel importantísimo en los sucesos acaecidos en Madrid y sus alrededores: el holocausto de Paracuellos del Jarama.

“Cuando la Guerra Civil estalló el 17 de julio de 1936, Carrillo sólo tenía 21 años. A pesar de su corta edad jugó un papel importante en la Junta de Defensa de Madrid. Fue responsable de mantener el orden en la capital y responsable en el desmantelamiento de las milicias y patrullas de los trabajadores anarquistas de la CNT. También participó en la represión del POUM en Madrid, su propaganda fue censurada y las sedes atacadas por matones estalinistas”. (In Defence del Marxism. “Santiago Carrillo (1915-2012) el hombre que traicionó las Revoluciones Socialistas”): Enlace: http://www.marxist.com/carillo-obituary-es.htm

Pero pese a su juventud, a Carrillo le gustaba el sabor de la sangre, y no le tendría empacho ninguno en firmar, hacer la vista gorda o silenciar, la terrible matanza perpetrada en el pueblo madrileño de Paracuellos del Jarama, durante el mes de noviembre de 1936, donde serían masacradas en holocausto más de 4.200 personas (ese número corresponde a las identificadas; hay muchos más muertos sin identificar). En la lista de las víctimas se incluyen mujeres, niños y ancianos indefensos. Dice así un testigo:

“El mismo día 6 de noviembre se decide la limpieza de esta quinta columna por las nuevas autoridades que controlaban el orden público. La trágica limpieza de noviembre fue desgraciadamente histórica; no caben paliativos a la verdad. En la noche del 6 de noviembre fueron minuciosamente revisadas las fichas de unos seiscientos presos de la cárcel Modelo y, comprobada su condición de fascistas, fueron ejecutados en el pueblecito de Paracuellos del Jarama. Dos noches después otros cuatrocientos. Total 1.020. En días sucesivos la limpieza siguió hasta el 4 de diciembre. Para mí la limpieza de noviembre es el borrón más grave de la defensa de Madrid, por ser dirigida por las autoridades encargadas del orden público". (J. de Galíndez Suárez, "Los vascos en el Madrid sitiado)”. Citado de: César Vidal, “Paracuellos- Katyn” LIbroslibres, 2005.

Exhumación en Paracuellos del Jarama (fotografía de Plataforma2003)


Carrillo, como Jefe de la Defensa de Madrid, tuvo conocimiento directo de la matanza perpetrada bajo su dirección.

A lo largo de su longeva vida, Santiago Carrillo ha vivido siempre exculpándose de su terrible crimen, mientras por otro lado era acusado de ello por decenas de periodistas y escritores solventes como Ricardo de la Cierva, Pío Moa, César Vidal…, aportando para ello pruebas traídas de la documentación soviética de la época, donde los espías estalinistas que tenían contacto con Carrillo lo vinculan especialmente y lo hacen sabedor del genocidio que se está perpetrando en Paracuellos.

Pero, en los últimos años de radicalidad socialista del gobierno de Zapatero, esto no fue obstáculo ninguno para aupar a este individuo a la categoría de “doctor honoris causa”, ofreciéndole homenajes, títulos civiles y honoríficos varios.

Ya tendremos más tiempo de hablar de este siniestro personaje, que dará nombre a una calle madrileña. Su longeva existencia nos ha dejado “perlas” que serán debidamente mostradas a los lectores del blog.

"Fusilamientos de Paracuellos del Jarama", cuadro de Carlos Saenz de Tejada

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