martes, 1 de enero de 2013

PABLO NERUDA, VEINTE POEMAS DE PALABRERÍA






El poeta comunista chileno Pablo Neruda

Y UNA CANCIÓN DE ABANDONO

Una de las figuras convertidas en icono de la poesía del siglo XX fue el chileno Pablo Neruda (pseudónimo de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto). Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura 1971, fue un agente soviético en España.

Lo que pocos saben es que el 6 de diciembre de 1930 se casó con María Antonia Hagenaar. Y el 18 de agosto de 1934, en Madrid, nació la hija de Neruda y María Antonia: a la que pusieron por nombre Malva Marina Trinidad. A Malva Marina, en su nacimiento, le dedicó Federido García Lorca, amigo de Neruda, unos poemas de herméticas evocaciones, como puede verse en estos cuatro versos.

El Elefante blanco está pensando
si te dará una espada o una rosa;
Java, llamas de acero y mano verde,
el mar de Chile, valses y coronas.

¿Qué opinión le merecía esto a Neruda?

"Federico, en Granada, desde donde ha mandado unos lindos versos para mi hija. Mi hija, o lo que yo denomino así, es un ser perfectamente ridículo, una especie punto y coma, una vampiresa de tres kilos [...]. La chica, me decían los médicos, se muere, y aquella cosa pequeñita sufría horriblemente, de una hemorragia que le había salido en el cerebro al nacer".

Malva Marina Trinidad Reyes Hagenaar nació con una hidrocefalia severa. Los sentimientos de un padre ante un hijo enfermo no pueden ser más inhumanos que los que expresa aquí el poeta de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Si eso pensaba de su hija, ¿qué pensaría de cualquier otro ser humano con semejantes taras? No era una manera de hablar. Neruda se separó de la madre en 1936, abandonando a madre e hija. La madre, tras buscar acomodo en ciertas instituciones religiosas para su hija, desasistida económicamente por el poeta que la había repudiado, terminó abandonándola al cuidado de un matrimonio holandés que la acogió con el amor que sus progenitores no fueron capaces de darle y la tuvo bajo su techo hasta que la pobre criatura falleció en 1943.

Se trata de todo un escándalo, al que apenas se le ha prestado atención, debido a la intocabilidad de estos iconos culturales del comunismo. Y es todo un ejemplo de la incoherencia de esos que se llenan la boca de "amor a la humanidad" y escupen "filantropía" a chorros por la boca y son capaces de secretar regueros de tinta con hermosas palabras que celebran el amor. Neruda también fue de los que más contribuyeron a la leyenda negra contra la presencia española en América, haciéndola execrable en su "Cántico General". Abriendo al albur este "Cántico General" leemos:

Nadie sabe dónde enterraron
los asesinos estos cuerpos,
pero ellos saldrán de la tierra
a cobrar la sangre caída
en la resurrección del pueblo.

En el mundo poético de Neruda aquí los asesinos fuimos los españoles. Las víctimas fueron los indios. Y a Neruda le preocupaba mucho dónde habían ido a parar estos muertos. Le preocupaba tanto que imaginamos que se desvelaría por las noches.

Algo que no parece que le ocurriera con esa hija suya -después de todo, la describió como un "ser perfectamente ridículo"- a quien abandonó en 1936 y a la que, salvo en algunos poemas y de manera críptica, nunca citó y de cuya existencia jamás quiso saber nada. Neruda tampoco mostró ningún interés por saber si existía Malva Marina y, en caso de haber muerto, no se sabe que le importara el paradero de los restos mortales de su hija.

¿Para qué preocuparse de un "ser perfectamente ridículo"?

Recomendamos, para ampliar información, leer:
El secreto mejor guardado de Neruda


Malva Marina, el "ser perfectamente ridículo" según su progenitor deshumanizado, la pobre criatura que vino al mundo a sufrir y a la que los extraños tuvieron que cuidar, pues nadie amó



 

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